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lunes, 3 de noviembre de 2025

“Tutsi” y “Coco Chanel”: las peligrosas drogas sintéticas que se expanden por América Latina



En los últimos meses, las autoridades sanitarias y policiales de América Latina han encendido las alarmas por la circulación de dos drogas sintéticas de alto riesgo conocidas popularmente como “tutsi” (también llamada tusi o cocaína rosa) y “coco chanel”, sustancias que están ganando terreno entre jóvenes y en ambientes de fiesta, bajo una falsa apariencia de exclusividad y sofisticación.


Aunque sus nombres evocan lujo y moda, ambas drogas representan un grave peligro para la salud pública, según coinciden expertos en toxicología y organismos internacionales.


Una mezcla impredecible


El tusi, surgido en Colombia entre 2007 y 2012, se ha popularizado en países como México, Chile y República Dominicana. A pesar de ser conocido como “cocaína rosa”, en realidad no contiene cocaína pura, sino una mezcla variable que puede incluir ketamina, MDMA (éxtasis), cafeína, metanfetaminas, opioides y hasta fentanilo.


Su nombre proviene del compuesto 2C-B, un alucinógeno sintético desarrollado en los años 70, pero las versiones callejeras actuales rara vez contienen esa sustancia en estado puro. El polvo, de color rosado o lila, se vende en fiestas electrónicas o discotecas como un producto “de lujo”, aunque cada dosis es una ruleta rusa por su composición inestable.


Los efectos inmediatos incluyen euforia, alucinaciones, taquicardia y desinhibición, seguidos de confusión, pérdida de coordinación y, en dosis altas, episodios psicóticos o colapsos cardiovasculares.


“Coco Chanel”, la nueva amenaza


Más reciente es la aparición de la droga conocida como “coco chanel”, detectada por primera vez en Medellín, Colombia, a mediados de 2025. Su nombre glamuroso esconde una mezcla aún más peligrosa: crack, heroína y 2C-B, junto a adulterantes desconocidos.


El polvo, de tono marfil y textura arenosa, se comercializa en tubos o sobres, llegando a costar hasta 120 dólares por dos gramos. Las autoridades han vinculado su tráfico con redes del crimen organizado y con casos de violencia y muertes de artistas en México y Colombia.


Su combinación de estimulantes y opioides produce efectos contradictorios: una euforia intensa seguida de depresión, alucinaciones, dependencia rápida y riesgo de sobredosis.


Drogas “de élite” con consecuencias mortales


Tanto el tusi como el coco chanel se presentan como drogas “selectas”, pero su peligrosidad radica precisamente en su composición incierta. No existe un estándar de fabricación, y los consumidores suelen ignorar qué están inhalando realmente.


El Ministerio de Justicia de Colombia y la DEA han advertido que estas sustancias son un ejemplo del mercado ilegal de “drogas de diseño”, creadas en laboratorios clandestinos que mezclan químicos para imitar los efectos de otras drogas conocidas.


Las autoridades de salud subrayan que el consumo puede provocar daños neurológicos permanentes, sobredosis fatales y trastornos mentales severos, además de la rápida generación de dependencia.


Una tendencia en expansión


Ambas drogas comparten una preocupante expansión en América Latina. Según fuentes forenses, su consumo ha sido detectado recientemente en México, Colombia, Chile, Perú y República Dominicana, lo que demuestra una red regional de distribución.


Los especialistas coinciden en que su atractivo visual —colores llamativos, empaques cuidados y nombres de lujo— busca captar a jóvenes con poder adquisitivo medio o alto, reproduciendo un peligroso fenómeno social: la banalización del consumo de drogas bajo la estética del estatus.


Un llamado a la prevención


Detrás de cada nombre glamuroso hay una realidad letal. “Coco Chanel” y “tusi” no son cocaína ni sustancias recreativas seguras, sino combinaciones químicas impredecibles que ya han cobrado vidas.


Las autoridades instan a los ciudadanos a informarse, evitar su consumo y buscar ayuda profesional ante cualquier signo de adicción. En palabras de un portavoz de salud pública colombiano:

“Estas drogas se venden como exclusivas, pero su verdadero rostro es el de la destrucción”.


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