Uruapan, Michoacán. — El alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, fue asesinado la noche del sábado 2 de noviembre de 2025 mientras participaba en la inauguración del Festival de la Vela, una de las actividades centrales del Día de Muertos en la ciudad. El ataque, perpetrado en plena plaza principal ante cientos de personas, ha causado profunda indignación en México y ha sido condenado por autoridades federales y estatales.
Según los reportes oficiales, el atentado ocurrió alrededor de las 8:00 de la noche, cuando un grupo armado abrió fuego contra el alcalde, quien acababa de pronunciar unas palabras al público y sostenía a un niño en brazos. Manzo recibió entre cinco y siete impactos de bala, y aunque paramédicos intentaron reanimarlo en el lugar, falleció poco después en un hospital local.
En medio del caos, uno de los atacantes fue abatido y otros dos fueron detenidos por las autoridades. Videos del momento se difundieron rápidamente en redes sociales, mostrando escenas de pánico entre los asistentes. El alcalde contaba con un dispositivo de seguridad de 14 miembros de la Guardia Nacional y agentes municipales, pero el ataque aprovechó la vulnerabilidad del evento público.
Un alcalde desafiante frente al crimen organizado
Carlos Manzo, quien asumió el cargo en septiembre de 2024 como alcalde independiente, se había ganado reconocimiento por su postura firme contra los cárteles de la droga que operan en Michoacán, particularmente el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Viagras, conocidos por extorsionar a productores de aguacate y limón.
El edil participaba activamente en patrullajes y denunció en múltiples ocasiones la falta de apoyo federal en materia de seguridad. También fue un crítico abierto de la estrategia de la presidenta Claudia Sheinbaum, a la que calificó de “fracaso”, y exigía medidas más enérgicas contra los criminales. Por su estilo directo y su discurso frontal, fue apodado por algunos medios como “el Bukele mexicano”, en alusión al presidente salvadoreño Nayib Bukele.
En agosto de este año, Manzo había colaborado en la detención del presunto líder local del CJNG, René Belmonte, alias “Rino”. Aunque reconocía haber recibido amenazas, aseguraba que no daría “ni un paso atrás” en su lucha por la seguridad. Desde mayo de 2025 contaba con protección reforzada.
Hipótesis y reacciones oficiales
Aunque las autoridades no han confirmado el móvil del crimen, las primeras investigaciones apuntan a una posible represalia del crimen organizado. Manzo era considerado una figura incómoda para los grupos delictivos que controlan parte de la economía regional y ejercen presión sobre agricultores y comerciantes.
La presidenta Claudia Sheinbaum condenó el hecho con “absoluta firmeza” y aseguró que habrá “cero impunidad”. Por su parte, el gobernador de Michoacán, Alfredo Bedolla, calificó el ataque como un “cobarde atentado”, mientras que el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, lamentó la “pérdida dolorosa e injusta” y prometió justicia.
El Gabinete de Seguridad federal abrió una investigación que incluye entrevistas a testigos y revisión de material audiovisual del suceso.
Indignación ciudadana y protestas
El asesinato interrumpió de forma abrupta las celebraciones del Día de Muertos en Uruapan. Testigos relataron escenas de pánico y confusión, con decenas de familias corriendo entre altares, velas y ofrendas.
En las horas siguientes, manifestaciones espontáneas surgieron en distintas zonas de Michoacán, donde ciudadanos exigieron justicia y mayor protección para las autoridades locales. Durante una aparición pública, el gobernador Bedolla fue abucheado por la multitud, reflejando el creciente hartazgo de la población ante la violencia.
Una región marcada por la violencia política
El asesinato de Carlos Manzo se suma a una serie de homicidios de alcaldes ocurridos en Michoacán desde 2022. Es, según los registros, el sexto o séptimo caso en apenas tres años. Entre las víctimas recientes figuran Martha Laura Mendoza, de Tepalcatepec, y Salvador Bastida, de Tacámbaro, asesinados en junio pasado.
La entidad continúa siendo un epicentro de disputas entre cárteles por el control del narcotráfico, la extorsión y los recursos agrícolas. Solo en los últimos meses se reportaron enfrentamientos armados, asesinatos de productores agrícolas y decomisos de explosivos.
El crimen del alcalde Manzo reaviva el debate sobre la seguridad de los funcionarios públicos en México, un país donde decenas de políticos, activistas y líderes comunitarios han sido asesinados por enfrentarse al poder del crimen organizado.
Infograma.org
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