El magnate musical y exastro del hip-hop Sean “Diddy” Combs fue condenado este viernes 3 de octubre de 2025 a cuatro años y dos meses de prisión, tras ser declarado culpable de trata de personas con fines de prostitución.
La sentencia fue dictada por el juez Arun Subramanian en un tribunal de Nueva York, en medio de una audiencia marcada por la tensión y la presencia de familiares, víctimas y seguidores del artista. Aunque la fiscalía había solicitado 11 años de cárcel, el magistrado impuso 50 meses de prisión y una multa de 500,000 dólares, al considerar que los delitos fueron graves, pero también tomando en cuenta las circunstancias personales del acusado.
Durante el juicio, que se extendió por más de dos meses, la fiscalía presentó pruebas que demostraron que Combs, de 55 años, obligó a varias mujeres —entre ellas la cantante Cassie Ventura, su expareja entre 2007 y 2018— a participar en maratones sexuales con hombres contratados, mientras él observaba o grababa los encuentros.
Estas actividades, conocidas como “freak-offs” o “noches de hotel”, eran organizadas por una red criminal creada por el propio Combs, según los testimonios presentados ante el jurado.
El tribunal desestimó los cargos más graves de tráfico sexual y conspiración, lo que evitó que el exrapero enfrentara cadena perpetua. Sin embargo, fue hallado culpable de dos cargos de trata de personas con fines de prostitución, considerados delitos federales.
En la audiencia final, Cassie Ventura instó al juez a tener en cuenta “las muchas vidas que Sean Combs ha perturbado”, describiendo al artista como un hombre “fuera de control” y “consumido por las drogas y los excesos”.
Por su parte, los seis hijos adultos del artista suplicaron clemencia. Quincy Brown, el mayor, aseguró que su padre es “un hombre cambiado”, mientras que su hija D’Lila pidió al tribunal “una oportunidad para sanar juntos como familia”.
En su defensa, Combs ofreció un discurso cargado de emoción y arrepentimiento, reconociendo sus acciones y calificándolas como “repugnantes, vergonzosas y enfermizas”.
“Perdí el rumbo en las drogas y los excesos”, dijo entre lágrimas. “Estoy verdaderamente arrepentido por todo el daño que causé. Le pido perdón a mi familia y a mis víctimas”.
El juez Subramanian, al momento de dictar la sentencia, se dirigió a las víctimas con palabras firmes:
El magistrado enfatizó que los crímenes de Combs “han dañado irreparablemente a dos mujeres” y que el tribunal no tiene certeza de que estos delitos no volverían a cometerse si fuera liberado antes de tiempo.
Aun así, Subramanian afirmó que el castigo impuesto es más corto que el rango recomendado por los oficiales de libertad condicional (70 a 87 meses), confiando en que el artista “aprovechará esta segunda oportunidad”.
Durante la audiencia, el exrapero lució notablemente envejecido, con cabello y barba canosos, un reflejo del deterioro físico y emocional que ha acompañado su caída pública.
El juez cerró la sesión subrayando que la condena, aunque no perpetua, representa “una respuesta firme ante los abusos de poder y la explotación humana”.
Sean Combs, quien alguna vez fue una de las figuras más influyentes del hip-hop y la industria del entretenimiento, enfrentará ahora más de cuatro años tras las rejas por los delitos que él mismo describió como “imperdonables”.
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