Si tú todavía no has oído hablar de Demon Slayer (Kimetsu no Yaiba), te estás perdiendo de algo muy bueno . Este anime japonés la está partiendo en todos los rincones del planeta, y no es de relajo: millones de fanáticos, salas de cine llenas, redes sociales explotadas y un fandom que no se quita.
La trama que te agarra por el pescuezo
El cuento arranca con Tanjirō Kamado, un chamaco humilde y noble que un día se encuentra con la desgracia más grande: su familia es masacrada por demonios y su hermanita, Nezuko, sobrevive convertida en una de esas criaturas. Desde ahí, el pana se mete a los Cazadores de Demonios, con un objetivo claro: buscar venganza y devolverle la humanidad a su hermana.
Y sí, suena fuerte, pero lo heavy es cómo mezclan la tragedia con la esperanza, la acción con los sentimientos. Uno termina enchulado de la historia y con el corazón acelerado en cada episodio.
¿Por qué tiene al mundo entero en para?
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Animación de otro nivel
– Loco, lo que hace el estudio Ufotable con la animación es una vaina de otro planeta. Cada pelea parece una película de Hollywood, con colores que explotan y movimientos que te dejan pegado a la pantalla. -
Un corito de personajes que dan nota
– Desde Tanjirō, que es noble hasta la tambora, pasando por Nezuko, que aun siendo demonio es la más tierna del corillo, hasta los locos de Zenitsu e Inosuke, que le meten la chispa. Y ni hablar de los Hashira, que cada vez que salen se roban el show. -
Un fenómeno que brincó del anime al mainstream
– La película Mugen Train se coronó como la más taquillera en la historia del anime, metiendo más de 500 millones de dólares. Plataformas como Netflix y Crunchyroll han hecho que la serie llegue a gente que jamás en su vida pensó ver anime, y ahora están to’ enchulados. -
La música que prende la pista
– Temas como Gurenge de LiSA no son solo openings, son himnos que se escuchan en fiestas, en TikTok y hasta en karaokes de medio mundo.
El anime que une generaciones
Lo más bacano de Demon Slayer es que no importa si eres chamaquito, adolescente o adulto, la historia te atrapa igualito. Habla de dolor, familia, lealtad, sacrificio… pero siempre con esa chispa de que nunca hay que rendirse.
Por eso está causando furor: porque no es solo un anime, es una experiencia cultural que está marcando a esta generación, así como Dragon Ball o Naruto lo hicieron en su momento.
Demon Slayer no anda relajando, está en su mejor momento y no tiene plan de bajarle. Si todavía no lo has visto, date el chance, porque este anime está dejando historia y, como decimos en RD, el que no se monta en esta ola, se queda en la orilla.
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