Haití continúa sumido en una crisis de seguridad y gobernabilidad sin precedentes. Según el más reciente informe trimestral de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), publicado este miércoles, el país registró 2,123 homicidios entre el 1 de junio y el 31 de agosto de 2025, lo que refleja una situación crítica marcada por la violencia armada, el avance de las bandas criminales y el debilitamiento de las instituciones del Estado.
De acuerdo con el documento, entre las víctimas figuran 161 mujeres, 16 niñas y 29 niños, aunque se reporta una leve disminución del 10 % respecto al trimestre anterior, cuando se contabilizaron 2,364 asesinatos. No obstante, el informe advierte que los departamentos de Artibonite y Centro registraron un aumento alarmante de homicidios, con 1,303 víctimas entre enero y agosto, frente a 419 en el mismo periodo de 2024, lo que representa un incremento del 210 %.
Crisis policial y debilitamiento institucional
La Policía Nacional de Haití atraviesa una profunda crisis operativa y de recursos. Entre junio y agosto, la institución perdió 27 agentes, 13 de ellos asesinados a tiros. Al cierre de agosto, el cuerpo contaba con 13,501 efectivos, de los cuales 1,776 son mujeres, equivalente al 13.2 % de su personal.
El informe de la ONU detalla que las deficiencias logísticas son graves: de 116 vehículos blindados, 25 están fuera de servicio, 23 fueron destruidos durante operaciones y 2 se encuentran en manos de bandas armadas. Además, de las 413 comisarías existentes en el país, 79 permanecen inoperantes, lo que limita severamente la capacidad de respuesta de las autoridades.
La ONU advirtió que “la violencia armada sigue amenazando la transición en curso”, y que no podrán lograrse avances sostenibles en el plano político ni electoral sin una mejora significativa de la seguridad.
Bandas criminales y operaciones militares
Aunque la expansión de las bandas se ha ralentizado en la zona metropolitana de Puerto Príncipe, estas continúan extendiéndose hacia las zonas periféricas y los departamentos de Artibonite y Centro.
Entre el 1 de marzo y el 20 de septiembre, las operaciones con drones dejaron 547 muertos, de los cuales 527 eran presuntos miembros de bandas y 20 civiles, entre ellos 11 niños. En ese mismo periodo, 489 personas resultaron heridas, incluyendo 28 civiles.
El documento también señala que entre junio y septiembre de 2025, al menos 733 personas murieron y 423 resultaron heridas en operaciones de las fuerzas de seguridad contra las bandas. De esas víctimas, el 78 % eran delincuentes, mientras que el 22 % eran ciudadanos afectados por balas perdidas en sus hogares o en actividades cotidianas.
Secuestros y violencia sexual en aumento
El secuestro sigue siendo una práctica común de las bandas criminales. Solo entre junio y agosto se registraron 334 secuestros, incluyendo 69 mujeres, 10 niñas y 14 niños, una cifra ligeramente superior a los 328 casos reportados en el trimestre anterior.
Asimismo, entre mayo y agosto de 2025, se denunciaron 582 casos de violencia sexual, reflejando un entorno de inseguridad generalizada y vulnerabilidad extrema para mujeres y menores de edad.
Crisis penitenciaria y falta de gobernanza
La ONU también alertó sobre las condiciones deplorables en las prisiones haitianas, caracterizadas por el hacinamiento, la falta de ventilación, el acceso limitado a la atención médica y la escasez de alimentos, factores que han provocado un alto número de muertes entre los reclusos.
Pese a los esfuerzos internacionales, Haití aún no cuenta con un calendario electoral definido, aunque se mantienen los preparativos técnicos para un eventual proceso de transición. La ONU reiteró que solo un “diálogo liderado y controlado por los haitianos” puede encaminar al país hacia la restauración de la gobernanza democrática.
El organismo recordó que las autoridades locales deben tomar decisiones cruciales antes del 7 de febrero de 2026, fecha límite establecida para el restablecimiento de las instituciones democráticas.
En conclusión, el informe describe un panorama de violencia persistente, debilitamiento institucional y crisis humanitaria, donde la falta de seguridad impide cualquier avance político sostenible. La comunidad internacional mantiene su preocupación por la situación en Haití, mientras las bandas continúan ejerciendo un control territorial que pone en riesgo la estabilidad y la vida de millones de ciudadanos.

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