La ciudad de Chicago se encuentra en el centro de una tormenta de disturbios tras una intensificada operación federal de inmigración ordenada por la administración de Donald Trump. Lo que comenzó como redadas dirigidas a presuntos criminales y pandilleros ha escalado a enfrentamientos violentos entre agentes federales, manifestantes y, en algunos casos, la policía local, sumiendo a barrios como Brighton Park y Broadview en un caos creciente.
El sábado, un incidente en Brighton Park marcó un punto crítico: un convoy de manifestantes embistió vehículos de ICE y la Patrulla Fronteriza con al menos 10 autos, según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS). En el enfrentamiento, una mujer armada con un arma semiautomática fue herida de bala por un agente federal, quien alegó actuar en defensa propia. Activistas locales, sin embargo, denuncian el hecho como un "asesinato extrajudicial", intensificando las protestas. Videos muestran a multitudes lanzando rocas y botellas, mientras agentes respondían con gas lacrimógeno y "bolas de pimienta". La policía de Chicago intervino, pero no sin controversia: fuentes internas revelan que el jefe de patrulla ordenó a oficiales no asistir a agentes federales acorralados, desatando críticas por la postura de "ciudad santuario".
El despliegue de 300 efectivos de la Guardia Nacional, autorizado por Trump para "proteger activos federales", ha generado un enfrentamiento político con el gobernador demócrata JB Pritzker, quien calificó la acción como una "invasión" y exigió la salida de la secretaria de DHS, Kristi Noem. En Broadview, Noem fue negada la entrada al ayuntamiento, un edificio financiado federalmente, en un gesto de desafío local.
Las redadas, centradas en presuntos miembros de pandillas como el Tren de Aragua, han detenido a cientos, pero han sido criticadas por presunto perfilamiento racial y detenciones de menores documentados, algo que DHS niega. Mientras tanto, la ciudad lidia con problemas adicionales: el cierre parcial del gobierno federal ha congelado $2.1 mil millones en fondos para el transporte público, y la demolición de los Damen Silos fue pausada por preocupaciones de salud pública debido al polvo.
En medio del caos, la vida cultural persiste. Hoy, el evento Modern Vintage Chicago atrae a cientos al Ravenswood Event Center, aunque las protestas dominan la atención. Con helicópteros Blackhawk sobrevolando y restricciones de vuelo en vigor, Chicago enfrenta una crisis que combina tensiones migratorias, políticas y sociales. Líderes locales piden calma, pero la situación permanece tensa.
El sábado, un incidente en Brighton Park marcó un punto crítico: un convoy de manifestantes embistió vehículos de ICE y la Patrulla Fronteriza con al menos 10 autos, según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS). En el enfrentamiento, una mujer armada con un arma semiautomática fue herida de bala por un agente federal, quien alegó actuar en defensa propia. Activistas locales, sin embargo, denuncian el hecho como un "asesinato extrajudicial", intensificando las protestas. Videos muestran a multitudes lanzando rocas y botellas, mientras agentes respondían con gas lacrimógeno y "bolas de pimienta". La policía de Chicago intervino, pero no sin controversia: fuentes internas revelan que el jefe de patrulla ordenó a oficiales no asistir a agentes federales acorralados, desatando críticas por la postura de "ciudad santuario".
El despliegue de 300 efectivos de la Guardia Nacional, autorizado por Trump para "proteger activos federales", ha generado un enfrentamiento político con el gobernador demócrata JB Pritzker, quien calificó la acción como una "invasión" y exigió la salida de la secretaria de DHS, Kristi Noem. En Broadview, Noem fue negada la entrada al ayuntamiento, un edificio financiado federalmente, en un gesto de desafío local.
Las redadas, centradas en presuntos miembros de pandillas como el Tren de Aragua, han detenido a cientos, pero han sido criticadas por presunto perfilamiento racial y detenciones de menores documentados, algo que DHS niega. Mientras tanto, la ciudad lidia con problemas adicionales: el cierre parcial del gobierno federal ha congelado $2.1 mil millones en fondos para el transporte público, y la demolición de los Damen Silos fue pausada por preocupaciones de salud pública debido al polvo.
En medio del caos, la vida cultural persiste. Hoy, el evento Modern Vintage Chicago atrae a cientos al Ravenswood Event Center, aunque las protestas dominan la atención. Con helicópteros Blackhawk sobrevolando y restricciones de vuelo en vigor, Chicago enfrenta una crisis que combina tensiones migratorias, políticas y sociales. Líderes locales piden calma, pero la situación permanece tensa.
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