La Dirección de Servicios de Atención a Emergencias Hospitalarias (DAEH) reportó que en el primer semestre del 2025 brindó 312,000 asistencias médicas, con un promedio mensual de 44,000. Dentro de estas atenciones se destacan 657 traslados seguros de neonatales, gracias a una flotilla de 36 ambulancias equipadas con incubadoras, además de 38,000 traslados intrahospitalarios y la atención a casi 100,000 cruceristas en Cabo Rojo, Pedernales.
“Con la respuesta oportuna reducimos un buen porcentaje de posibilidad de fallecimiento del usuario o quedar con secuelas”, aseguró José Aljeriz Jérez, encargado de Gestión Extrahospitalaria de la DAEH.
El organismo, creado para gestionar el componente de salud en el sistema de atención de emergencias, cuenta actualmente con 448 ambulancias, 122 Centros Reguladores de Urgencias y Emergencias (CRUE) y una plantilla de 8,200 colaboradores, en su mayoría médicos, enfermeras y técnicos en transporte sanitario.
De acuerdo con Ruddy de Gracia, encargado de Coordinación y Enlace con la Red Pública, cerca del 80% de los pacientes son trasladados a la red pública, 10% a la privada y el resto a hospitales castrenses. “Antes, la atención estaba sustentada en voluntariado y recursos limitados; hoy se ha podido optimizar la asistencia oportuna y el país puede tener mejores indicadores de salud a partir de la respuesta de la DAEH”, indicó.
Vulnerabilidad y cambio climático
El director del Centro de Operaciones de Emergencias (COE) y de la DAEH, general retirado Juan Manuel Méndez Méndez, junto a la directora del Instituto Dominicano de Meteorología (Indomet), Gloria Ceballos, coincidieron en que el país enfrenta serios retos ante fenómenos naturales extremos, que se ven agravados por el cambio climático y la vulnerabilidad generada por construcciones en zonas inadecuadas.
“Prácticamente un 70% de las provincias dominicanas son vulnerables a inundaciones, ya sea rurales o urbanas. El ser humano construye vulnerabilidad cuando levanta viviendas al lado de una cañada o en una ladera de montaña”, advirtió Méndez, tras recordar casos recientes en La Vega y San Cristóbal.
Ceballos agregó que los fenómenos atmosféricos, aunque devastadores, cumplen funciones naturales. “Los huracanes ayudan a dispersar el calor de los océanos hacia latitudes medias y altas, evitando que se concentre en un solo punto. También renuevan la capa vegetal, al permitir el crecimiento de nuevas plántulas”, explicó, poniendo como ejemplo el huracán Erin, que debilitó otros sistemas al absorber gran cantidad de calor.
Tecnología para prevención
Las autoridades informaron que el país avanza en su capacidad de pronóstico. Desde mayo funciona un radar en Puerto Plata, al que se suma el de Punta Cana y otro que será instalado en el aeropuerto Las Américas. “Con estos tres radares vamos a tener cubierto todo el territorio nacional, herramienta clave para monitorear fenómenos que se forman rápidamente y pueden generar situaciones calamitosas”, expresó Ceballos.
Pese a estos avances, Méndez reconoció que hay eventos que evolucionan con tal rapidez que ni en países como Estados Unidos o España se han podido evitar tragedias. A ello se suma la falta de educación en aspectos básicos como la correcta disposición de desechos sólidos y la ocupación indebida de áreas vulnerables.
Desafío nacional
Las autoridades coincidieron en que la clave está en reducir la vulnerabilidad y fortalecer la coordinación entre instituciones. “El dilema no es si los fenómenos son buenos o malos, sino cómo nos preparamos para enfrentarlos y minimizamos los riesgos”, apuntó Méndez.
En el encuentro también participaron por la DAEH Pablo Mateo, subdirector; Carlos Henríquez, encargado de Monitoreo y Vigilancia; y por el COE Edwin Olivares, subdirector de Operaciones, y José Luis Germán, subdirector de Gestión de Información.
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