Por: Aramys S. Uceta
La escalada del conflicto entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza ha provocado una devastadora pérdida de vidas humanas, ascendiendo el número de víctimas a cerca de 40,000, en su mayoría mujeres y niños. La violencia sigue en aumento, y la posibilidad de que el conflicto se extienda a todo Oriente Próximo es cada vez más real.
Pese a los repetidos esfuerzos de mediación por parte de Catar y Egipto, y el apoyo de Estados Unidos, la tan anhelada tregua se mantiene esquiva. Las reuniones, constantes pero poco fructíferas, no han logrado poner fin a las hostilidades.
En un trágico giro de los acontecimientos, el asesinato del líder de Hamás, Ismail Haniya, en Teherán por parte de Israel ha exacerbado la situación, alejando aún más cualquier esperanza de un alto al fuego. Este acto ha intensificado las tensiones en toda la región, complicando aún más los esfuerzos diplomáticos.
En el terreno, el ejército israelí ha ordenado a los palestinos de ciertos barrios de Jan Yunis evacuar hacia una "zona humanitaria" designada. Esta medida sigue a recientes ataques con cohetes lanzados desde el sur de la Franja de Gaza hacia Israel. El portavoz en árabe de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el coronel Avichay Adraee, ha difundido una lista de las áreas específicas que deben ser evacuadas, junto con el anuncio oficial de la evacuación.
Adraee ha declarado que las FDI "actuarán con fuerza" contra los grupos terroristas en la región de Jan Yunis en respuesta a los mencionados ataques con cohetes, subrayando la determinación de Israel de proteger a su población.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de los acontecimientos, temiendo que la situación pueda descontrolarse aún más, con consecuencias imprevisibles para toda la región de Oriente Próximo.
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