El huracán Melissa ha dejado al menos 32 personas muertas y miles de damnificados a su paso por el Caribe, tras golpear con fuerza a países como Haití, Jamaica, Panamá, República Dominicana y Cuba.
En Cuba, Eliécer, un hombre de 43 años, sobrevivió de milagro cuando los vientos huracanados movieron su casa de zinc “como una maraca”. A su lado, solo su gatito. Su perra, lamentablemente, no corrió la misma suerte y se ahogó cuando el agua subió más de un metro.
“La casa se quiso estremecer y yo dije: ‘Señor, pon tu mano poderosa. Si me muero, al menos muero solo’”, relató con voz temblorosa.
El huracán impactó el oriente cubano con categoría 3, dejando viviendas destruidas, cultivos anegados y millones de personas sin electricidad. El Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, uno de los templos más venerados del país, también sufrió daños.
Mientras tanto, en Haití, las crecidas de ríos y las lluvias torrenciales han provocado 23 muertes y más de 13,000 desplazados. En Jamaica, cuatro personas fallecieron tras el devastador paso de Melissa por Black River, donde la destrucción alcanzó casas históricas, hospitales y escuelas.
En Panamá y República Dominicana, los efectos indirectos del fenómeno también se sintieron con víctimas mortales, daños materiales y cortes de agua y energía.
Ahora, ya debilitado, el huracán se dirige hacia Bahamas, donde se esperan marejadas ciclónicas y lluvias intensas, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC).
Infograma.org
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