El país entero observa con inquietud el nuevo giro del caso de Marilyn Karina Cote Mendieta, la abogada que durante años engañó a decenas de personas haciéndose pasar por psiquiatra y neurocientífica con títulos falsos de Harvard y Oslo, y que hoy, increíblemente, podría recuperar su libertad en los próximos días.
Cote, conocida como la “Doctora Merly Coat”, fue arrestada en noviembre de 2024 tras múltiples denuncias por usurpación de profesión, fraude y daño a la salud. Sin embargo, lejos de mantener un perfil bajo en prisión, la mujer ha encontrado una nueva forma de influencia: ahora se presenta como “pastora” en el penal femenil de Ciudad Serdán, donde lidera grupos de oración y ofrece supuestas “terapias psicológicas” a otras internas.
El hecho ha despertado fuertes críticas y temores de manipulación psicológica entre víctimas y activistas, quienes advierten que esta nueva faceta podría ser otra estrategia para ganar simpatía y obtener beneficios judiciales.
Egresada de Derecho por la BUAP, Cote construyó durante años un elaborado engaño, ostentando títulos inexistentes y difundiendo videos y fotos falsas para aparentar una trayectoria académica internacional. Prometía “curas rápidas” para la depresión y la ansiedad y recetaba medicamentos psiquiátricos sin licencia, entre ellos Aripiprasol, un antipsicótico de uso controlado.
El escándalo estalló cuando múltiples pacientes denunciaron haber sido víctimas de su manipulación. Uno de los casos más perturbadores es el de Brian, un joven diagnosticado erróneamente con “psicopatía maligna con esquizofrenia” y que, según su madre, fue drogado y controlado por Cote, quien incluso habría intentado casarse con él para asegurar su dominio.
Hasta el momento, la falsa especialista acumula más de 20 denuncias en su contra, muchas de ellas por daño psicológico y administración indebida de fármacos.
La preocupación se ha intensificado debido a que la defensa de Cote ha cambiado de abogado por sexta vez, buscando su liberación anticipada bajo el argumento de problemas de salud —entre ellos diabetes— y de una supuesta “rehabilitación espiritual” dentro del penal.
Mientras tanto, el equipo legal intenta frenar un posible juicio federal por prescripción ilegal de narcóticos, lo que podría agravar su condena.
Los familiares de las víctimas han expresado su profunda angustia ante la posibilidad de que Cote vuelva a las calles. “Ella no se ha reformado, solo ha cambiado de máscara. Su patrón es la manipulación”, declaró una de las denunciantes.
Además, el caso plantea un serio cuestionamiento al sistema penitenciario mexicano, pues se desconoce si las actividades “religiosas y terapéuticas” que Cote lidera dentro del penal cuentan con autorización oficial o supervisión profesional.
La audiencia programada para el 20 de octubre de 2025 será decisiva: ahí se determinará si las pruebas de la Fiscalía bastan para mantenerla recluida o si la polémica mujer logra convencer a la justicia de concederle la libertad.
El país espera con atención. La posibilidad de que una falsa psiquiatra, acusada de manipulación y daño mental, vuelva a caminar libremente mantiene encendidas todas las alarmas.
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