A cuatro meses de haber sido elegido sucesor de Francisco, el papa León XIV concedió su primera entrevista como líder de la Iglesia católica, en la que habló sobre sus aprendizajes iniciales, su vínculo con América Latina y el rol del Vaticano en un mundo marcado por la polarización y los conflictos bélicos.
En declaraciones recogidas en el libro “León XIV. Ciudadano del mundo, misionero del siglo XXI” —escrito por la periodista Elise Ann Allen, corresponsal del medio católico Crux— el pontífice aseguró que vive este tiempo con apertura y humildad: «Estoy aprendiendo mucho y me siento desafiado, pero no abrumado. El aspecto totalmente nuevo de este trabajo es haber sido lanzado al nivel de líder mundial».
De raíces estadounidenses y con más de dos décadas de labor pastoral en Perú, León XIV subrayó su cercanía con el pueblo latinoamericano: «La mitad de mi vida ministerial la pasé en Perú, por lo que la perspectiva latinoamericana es muy valiosa para mí». Dijo sentirse profundamente agradecido con esa experiencia, la cual le permitió fortalecer su visión sobre la vida de la Iglesia en la región y dar continuidad al legado pastoral de su antecesor, el papa Francisco.
Respecto al contexto internacional, el pontífice reconoció la complejidad de los conflictos actuales y abordó la situación de la guerra en Ucrania. Si bien advirtió que «no es tan realista pensar en el Vaticano como mediador», reiteró que la Santa Sede mantiene una posición neutral y abierta al diálogo. «Nos hemos ofrecido un par de veces a acoger reuniones de negociaciones entre Ucrania y Rusia, ya sea en el Vaticano o en alguna otra propiedad de la Iglesia», recordó.
Sobre el estado de la política global, León XIV expresó preocupación por la falta de mecanismos efectivos de cooperación internacional. «Desafortunadamente, parece reconocerse en general que las Naciones Unidas
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