La cosa está que arde en la División Este de la Liga Nacional. Los Mets de Nueva York volvieron a tropezar feo, esta vez con una derrota desordenada que dejó el terreno caliente y la tabla más apretada que un vagón del Metro en hora pico. Su caída coincidió con una victoria 2-1 de los Filis sobre Miami, provocando un empate sabroso en el primer lugar que promete fuego para el próximo fin de semana.
La pesadilla de los Mets empezó con un Clay Holmes irreconocible. El abridor, que ahora tiene marca de 7-4, regaló seis boletos en apenas cuatro entradas y dos tercios, su peor marca personal. A eso se le sumó el dominicano Huascar Brazobán, quien también perdió el control: tres bases por bolas y cuatro carreras permitidas en relevo. Como quien dice, entre los dos convirtieron la lomita en un desfile de regalos… pero para el equipo contrario.
Del lado de los Bravos, Spencer Strider (2-5) no tuvo compasión. Permitió apenas una carrera y cinco hits, con una sola base por bolas. Matt Olson se puso la capa de héroe, ligando un doble, dos boletos y anotando tres veces. ¡Un dolor de cabeza constante!
Los bates quisieron, pero no fue suficiente. Por los Mets, los dominicanos Juan Soto, Starling Marte y Ronny Mauricio se combinaron para tres hits. Mauricio remolcó una carrera. El venezolano Ronald Acuña Jr. hizo su parte por los Bravos con dos imparables en tres turnos, mientras que el dominicano Marcell Ozuna se fue de 5-1.
Pero si alguien merece su aplauso del día es Juan Soto, que sigue escribiendo historia con su bate. Con apenas 25 años, el fenómeno dominicano alcanzó los 1,000 hits y ya se une al legendario club de Mickey Mantle y Mel Ott, como los únicos peloteros en lograr mil hits, 200 jonrones y 800 boletos antes de soplar las 27 velitas. ¡Soto está pa’ historia y pa’ museo!
La guerra por el Este está prendida. Mets y Filis se preparan para una serie de fin de semana que promete sudor, batazos y mucha emoción.
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