Los robotaxis, vehículos autónomos sin conductor, están cada vez más cerca de convertirse en una realidad en las calles de Europa. Equipados con sensores, cámaras y software de inteligencia artificial, estos autos son capaces de navegar por sí solos, esquivar obstáculos y respetar las normas de tráfico sin intervención humana. Y aunque suene a ciencia ficción, lo cierto es que su llegada podría estar mucho más cerca de lo que pensamos.
La gigante tecnológica china Baidu, conocida por su motor de búsqueda y sus avances en IA, está en negociaciones con la empresa suiza PostAuto para introducir su flota de taxis autónomos Apollo Go en territorio europeo a finales de este año. La información fue revelada por el prestigioso medio The Wall Street Journal, que asegura que las pruebas iniciales podrían comenzar antes de concluir 2025.
Pero Baidu no está sola. Uber Technologies, una de las compañías de movilidad más grandes del mundo, también quiere apostar por esta tecnología en el viejo continente, en lo que podría representar una transformación radical del transporte urbano tal como lo conocemos.
Un robotaxi es un vehículo diseñado para operar sin conductor. Funciona gracias a un complejo sistema de sensores, radares, cámaras de alta precisión y algoritmos de inteligencia artificial que le permiten reconocer el entorno, interpretar señales de tránsito, tomar decisiones en tiempo real y transportar pasajeros de forma segura.
Uno de los modelos más comentados actualmente es el Tesla Cybercab, un coche eléctrico sin volante ni pedales, que utiliza carga inalámbrica por inducción y está diseñado para operar de manera completamente autónoma. Aunque su lanzamiento oficial se proyecta para 2027, ya es símbolo de lo que se avecina.
Aunque países como Suiza y Turquía figuran entre los primeros candidatos para implementar esta innovación, la regulación europea sigue siendo un reto. Normas estrictas sobre seguridad vial, responsabilidad civil y protección de datos podrían ralentizar el proceso de adopción masiva de estos vehículos.
A pesar de incidentes como el registrado en San Francisco en 2023, donde un peatón quedó atrapado bajo un robotaxi que no logró reconocerlo como humano, el avance tecnológico no se detiene. Los defensores de esta tecnología aseguran que, con ajustes adecuados, los robotaxis serán más seguros que los autos conducidos por humanos.
La pregunta ya no es si veremos robotaxis en nuestras ciudades, sino cuándo. Con un ecosistema de empresas tecnológicas apostando por la conducción autónoma y gobiernos cada vez más interesados en soluciones sostenibles, el escenario está listo para una revolución en la movilidad urbana.
Para muchos analistas, Europa podría ser testigo del primer gran experimento social de transporte autónomo a gran escala. Un cambio que no solo afectará al sector del taxi, sino también al empleo, la infraestructura y la cultura vial.
infograma.org
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