Por: Luz del Alba Duran
Sabemos que romper nunca es fácil, y que hay pocas cosas más incómodas que mirar a alguien a los ojos y decirle: “Ya no quiero estar contigo”. Pero a veces, el amor cambia, se transforma o simplemente se va, y seguir fingiendo solo alarga el dolor. Así que si estás pensando en dar ese paso, respira hondo y sigue leyendo: te contamos cómo terminar una relación sin hacerle daño (innecesario) a la otra persona… ni a ti.
1. No huyas: enfrenta la conversación como una persona adulta
Nada de desaparecer (ghosting), enviar un texto o esperar a que la otra persona se canse. Una ruptura madura se hace cara a cara (o al menos por videollamada si la distancia lo exige). Mostrar respeto es el primer paso para no herir.
2. Sé claro, pero compasivo
No necesitas entrar en detalles hirientes ni hacer una lista de defectos. Usa frases como:
- “No estoy en el mismo lugar emocional que tú”
- “Siento que lo que necesito ahora no lo encuentro en esta relación”
- “Te valoro mucho, pero esto ya no me hace bien”
Evita el clásico “No eres tú, soy yo”, que suena vacío y falso.
3. Elige el momento y el lugar adecuado
Evita hacerlo antes de eventos importantes, en público o durante un mal día. Busca un espacio tranquilo, neutral y seguro. Esto reduce el drama innecesario y permite que ambos se expresen sin interrupciones ni presión.
4. No prometas amistad inmediata (si no lo sientes)
Una de las frases más dañinas es “Podemos seguir siendo amigos” cuando en realidad solo estás tratando de suavizar el golpe. La amistad puede llegar… con el tiempo. No la ofrezcas como premio de consolación.
5. Dale espacio a la otra persona
Después de la conversación, evita mensajes del tipo “¿Estás bien?” o “No quiero que pienses mal de mí”. Aunque bien intencionados, pueden confundir y abrir heridas. Dale tiempo, silencio y distancia.
6. Reflexiona, pero no te castigues
Terminar una relación no te hace una mala persona. Reconocer que ya no amas o que necesitas un nuevo rumbo es un acto de valentía y honestidad emocional. Y sí, también puedes llorar aunque hayas sido tú quien tomó la decisión.
7. Mantente firme (incluso si hay lágrimas)
Es normal que la otra persona sufra, y eso puede hacerte dudar. Pero si estás convencido/a de que tu decisión es la correcta, no retrocedas. Volver por lástima es injusto para ambos.
Amar también es soltar
Terminar una relación de forma sana es un acto de amor propio y respeto mutuo. No siempre podemos evitar el dolor, pero sí podemos evitar destruir. Si tienes claro que es momento de seguir tu camino, hazlo con elegancia, empatía y cabeza fría.
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